Descalificaciones y perdedores

EDITORIAL

Descalificaciones y perdedores

El candidato de la coalición Tiempos mejores para Guerrero, Manuel Añorve Baños, hizo una precisión ayer en Iguala que, aunque ya la había expresado con antelación, conviene ahora reflexionar sobre ella.
“Cuando empiezan los ataques, es porque van  perdiendo la elección”, dijo.
Se refería con ello a las críticas que le ha vertido el candidato de la coalición Guerrero nos une, Ángel Aguirre Rivero, precisamente en la víspera, en la misma ciudad, aunque no con la misma gente, en el sentido que era una cachetada para el pueblo el derroche del PRI en propaganda.
El priísta asestaba así una cachetada, pero con guante blanco, a su oponente: si descalifica, es porque va perdiendo. La reflexión tiene su lógica, pues implica que el que acusa en lugar de proponer está en una fase de desesperación pues no puede alcanzar o remontar al que tiene enfrente y, como los malos jugadores, trata de meter zancadillas para detenerlo.
Ese al menos es el sentido de la frase lanzada ayer por el priísta.
Es, sin embargo, una curiosa postura, sobre todo porque proviene de alguien que ha lanzado serias críticas y descalificaciones a sus oponentes o a quienes considera que son sus adversarios. Hay que recordar que a Aguirre lo llamó el candidato del desabasto (en relación con la falta de agua en Acapulco, pese a que éste no ha gobernado el puerto), el de las promesas incumplidas, el de la traición, e inclusive al ex alcalde Félix Salgado Macedonio le ha lanzado ataques.
En la misma línea de razonamientos, Añorve Baños se golpea solo con la utilización de esta frase.
Es cierto, tiene razón: el ataque sin propuesta es una muestra de desesperación. Por eso no deben incurrir en ello los candidatos, así nadie les podrá decir anticipadamente y por simple conjetura que van perdiendo.
También es saludable que eviten esa práctica porque a nadie conviene calentar el ambiente electoral, y hasta por la simple razón de que en un escenario así, hasta los votos se alejan.