La Jornada Guerrero 30/12/10
RUMBO AL 30
Parece que la ruta que se dirige al 30 de enero , fecha en que se elegirá al próximo gobernador, será un poco complicada. Los cartones se ven parejos. Por un lado, la simpatía o la preferencia, la sigue encabezando Ángel Heladio Aguirre Rivero y la organización o nomenclatura electoral la trae Manuel Añorve Baños.
Algo así como en el 88, donde Cuauhtémoc Cárdenas traía toda la simpatía a su favor y un PRI-Partido de Estado tenía toda la estructura electoral y organizativa a favor de su candidato, Carlos Salinas de Gortari.
O también como en 2006, cuando el favorito era Andrés Manuel López Obrador y el que traía toda la estructura electoral era el candidato del PAN, Felipe Calderón Hinojosa. Por no decir que en 1999, Félix Salgado Macedonio traía toda la simpatía y el priísta René Juárez Cisneros tenía todo el apoyo del partido de Estado, en ese entonces absoluto. Tenía presidente de la República en Ernesto Zedillo y gobernador interino en Ángel Aguirre Rivero.
O bien en 2005, cuando Zeferino Torreblanca Galindo traía toda la simpatía y pudo derrotar al priísta Héctor Astudillo, quien al parecer, no era gente de Rubén Figueroa, sino más bien de Ángel Aguirre. El PRI se dividió y perdió la gubernatura.
Ahora puede ocurrir lo mismo: o se divide el PRI y gana Aguirre; o se divide el PRD y gana Añorve.
El gobernador no meterá las manos por ninguno de los dos, y aunque es su obligación, ésa ya es una ventaja para tener un proceso más limpio y equitativo. Como quien dice, dejará a los candidatos a que se rasquen con sus propias uñas; lo que antes no ocurría cuando el PRI gobernaba. Aún se recuerdan las despensas con la foto de los candidatos tricolores. Era el cinismo y el descaro absoluto. Hoy se espera que los organismos electorales, los que organizan, fiscalizan y castigan antes, durante y después de la elección, actúen de manera imparcial, por la estabilidad y paz social del estado de Guerrero.
RUMBO AL 30
Parece que la ruta que se dirige al 30 de enero , fecha en que se elegirá al próximo gobernador, será un poco complicada. Los cartones se ven parejos. Por un lado, la simpatía o la preferencia, la sigue encabezando Ángel Heladio Aguirre Rivero y la organización o nomenclatura electoral la trae Manuel Añorve Baños.
Algo así como en el 88, donde Cuauhtémoc Cárdenas traía toda la simpatía a su favor y un PRI-Partido de Estado tenía toda la estructura electoral y organizativa a favor de su candidato, Carlos Salinas de Gortari.
O también como en 2006, cuando el favorito era Andrés Manuel López Obrador y el que traía toda la estructura electoral era el candidato del PAN, Felipe Calderón Hinojosa. Por no decir que en 1999, Félix Salgado Macedonio traía toda la simpatía y el priísta René Juárez Cisneros tenía todo el apoyo del partido de Estado, en ese entonces absoluto. Tenía presidente de la República en Ernesto Zedillo y gobernador interino en Ángel Aguirre Rivero.
O bien en 2005, cuando Zeferino Torreblanca Galindo traía toda la simpatía y pudo derrotar al priísta Héctor Astudillo, quien al parecer, no era gente de Rubén Figueroa, sino más bien de Ángel Aguirre. El PRI se dividió y perdió la gubernatura.
Ahora puede ocurrir lo mismo: o se divide el PRI y gana Aguirre; o se divide el PRD y gana Añorve.
El gobernador no meterá las manos por ninguno de los dos, y aunque es su obligación, ésa ya es una ventaja para tener un proceso más limpio y equitativo. Como quien dice, dejará a los candidatos a que se rasquen con sus propias uñas; lo que antes no ocurría cuando el PRI gobernaba. Aún se recuerdan las despensas con la foto de los candidatos tricolores. Era el cinismo y el descaro absoluto. Hoy se espera que los organismos electorales, los que organizan, fiscalizan y castigan antes, durante y después de la elección, actúen de manera imparcial, por la estabilidad y paz social del estado de Guerrero.
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