Powered By Blogger

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Jornada de campaña en el Día de los Inocentes

 

El Sol de Chilpancingo 29/12/10

Elino Villanueva
Jovial, exuberante, muy ella, enfundada en su traje de chaquira brillante y multicolor tejida a mano en la Costa Chica, la odontóloga María Rosario Jaimes Aguirre se le planta al frente a Ángel Aguirre Rivero, junto con su hija, Luz María Concepción Santana Jaimes.
Ambas abrazan al candidato a gobernador, camino a la plaza cívica, y le cuelgan enésimas cadenas de flores. “Nos venimos vestidas como si fuéramos de Ometepec, tu tierra, pero fue para hacerte sentir que aquí en Apaxtla todos estamos contigo, que no tengas duda: vamos a ganar”.
Eso sí, pone una condición, una sola: que luego de ganar las elecciones vuelva al terruño del generalísimo Adrián Castrejón, el militar más aguerrido y valeroso que ha dado el sur, a la par de Hermenegildo Galeana y Vicente Guerrero, y rinda cuentas sobre sus compromisos ante los vecinos: cero analfabetismo en Guerrero y prioridad a la salud y, en el caso de su profesión y oficio, equipar la clínica local y enviar médicos para que la región tenga cubierta la atención a la salud. ¡Uff! Lo bueno es que sólo era una condición.
Y no lo dejaron ir sin hacerlo patente: en un cuadro con un agujero dejado ex profeso, abajo y al centro, en el vidrio del marco con la lista de los compromisos hechos en el acto de campaña, los apaxtlenses le hicieron que estampara la poderosa, aunque tuvo que cambiar de pluma porque la primera no sirvió.
Precavidos, pues, que son, por aquello de que su presencia en esta zona de acantilados y montañas y más montañas coincidió con el Día de los Inocentes. Ardua jornada la de este martes emblemático, que inicia en la histórica Apaxtla, continúa en la mística Oxtotitlán, prosigue en la no menos legendaria Acatempan, se reanuda en la entrañable Cuetzala del Progreso, sigue en el bucólico Tianquizolco y concluye en la calurosa Cocula.
Y justamente ahí, al pie del monumento al zapatista Castrejón, brazo derecho del baluarte de Los Sauces, en la misma región del norte guerrerense, Jesús H. Salgado, inicia el recorrido por los cuatro municipios. Ahí donde los lugareños versan ingenua pero sinceramente sus sentires repetidos en coro: “Es un honor, estar con Ángel hoy…” “Es un honor, estar con Ángel hoy…”
Andan a sus anchas ya, desde tempranito, como quitándose el frío, desde la partida misma, en Teloloapan, Misael Medrano, Cuauhtémoc Sandoval, Lázaro Mazón, Víctor Aguirre, Sofío Ramírez y nada más y nada menos que Luis Román Miranda, ex dirigente de la burocracia estatal, ya incorporado plenamente al equipo de campaña del candidato de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia, Ángel Aguirre Rivero.
El sacerdote católico Oscar Prudenciano se hace por ahí el aparecido, en calidad de ciudadano, en mezclilla azul, y saluda y expresa sus parabienes al abanderado ometepequense, pero no asiste el mitin, haciendo honor a su apellido. Una mujer agarra al candidato y lo lleva a saludar a la gente, a los comerciantes, a los comensales, a los paseantes, a todo el que se atraviesa para que Aguirre reparta gorras, bolsas, propaganda, y salude a medio mundo.
Ella y la odontóloga que urge el envío de médicos a la región, lo llevan hasta el templete, en la plaza de los tamarindos y los mangos y los laureles añejos, donde el candidato firma con ahínco el cuadro de los compromisos con el agujero en el vidrio.
Y es que don Hugo Figueroa Salgado, el prócer local de la actualidad, maestro de vocación, hizo todos los planteamientos que urgen para Apaxtla: médicos para la clínica, agua potable, el sueño eterno de la carretera a Chilpancingo por la margen del Balsas, una unidad deportiva, el museo municipal y, ya de paso, un nuevo edificio para el Ayuntamiento.
Para no dar paso sin huarache, Aguirre ya había dado muestras de la ruta de los tales compromisos, pues antes de llegar al sitio del mitin había pasado a visitar la casa del maestro Eliseo Bustamante, para dejar en claro su interés por la enseñanza.
Y antes de partir, el abogado Heleodoro Ocampo reiteró al candidato, en cortito: “No tenga duda. Aquí vamos a ganar, pero queremos que nos cumpla…”
Y con ese espíritu partió Aguirre y su comitiva a la tierra, justamente, del líder sindical Luis Román Miranda: Oxtotitlán, ya en el municipio de Teloloapan, donde lo más rescatable, en términos políticos, fue el mensaje encendido del líder estatal del PRD, Misael Medrano, para la campaña de enfrente, donde “un tal Añorve” anda prometiendo regalar el fertilizante y eliminar el impuesto a la tenencia vehicular, pues el abono que entrega su patrocinador, Rubén Figueroa, es de mala calidad y va incompleto, en tanto que en el segundo caso, el de la tenencia de autos, ni siquiera los pocos diputados que le quedan al PRI en el Congreso se lo permitieron, pues va con toda claridad como contribución en el presupuesto de egresos del Gobierno del estado para este año.
“Estamos, pues —dijo Medrano—, frente al candidato de la mentira, que sólo busca ganar adeptos con propuestas falsas”. Eso, y la broma de don Pancho al candidato, quien le preguntó su edad: “Tengo setenta años”, le dijo. “¿Y cómo le haces para conservarte?” “Como frijoles con chile”. Y gustoso recibió una de las tarjetas del programa La Cumplidora, con el cual los ciudadanos tendrán acceso a una serie de beneficios en el próximo Gobierno que Aguirre busca encabezar.
Con ese sabor se va a Cuetzala del Progreso, con una carretera infame que parte del crucero de Chapa, en Teloloapan, pero que inmediatamente salir del municipio, en Los Sauces, la tierra de Jesús H. Salgado, se torna en terracería con un mal mantenimiento, en medio de nubes de polvo que casi hacen renunciar al recorrido a más de uno, incluso a los periodistas que, esta vez, viajan con el candidato en su unidad.
A varios, pero nunca a doña Josefina Gómez Guarneros, la porrista más enérgica e incansable que quién sabe cómo le hace pero está puntual en cada uno de los actos, organizando a los concurrentes, con sus años a cuestas, de puro corazón, sin condiciones y apenas con una súplica: “¡No me dejen! ¡No traigo carro!” Una jícama en trozos con chile para la sed reciben al candidato en la tienda de Josefina Gómez Guarneros, en pleno centro de Cuetzala.
Y los ánimos se encienden cuando dos connotados priístas de la municipalidad donde tantos años dominaron los Rabadán se suman a la campaña de Aguirre.
Ante todos, en plena plaza pública, se apersona doña Lilia Rabadán, alcaldesa en los años ochenta, y con un abrazo y un beso sella el compromiso en favor del candidato coalicionista. Lo mismo hace el buen Antonio Lugarda Matías, un hombre ejemplo de vida y trabajo, cabeza del movimiento democrático “Todos por Guerrero” en la zona, quien lanza un encendido discurso de adhesión, a partir del compromiso de trabajar en serio por el municipio, en la atención a varias peticiones, entre ellas una añejada y sentida: la pavimentación del camino a Teloloapan, vía Los Sauces y Chapa.
Y ahí el subrayado del candidato: “Yo vengo por tierra, no por helicóptero, porque sé de sus problemas, y les vamos a dar atención, quiero estar con ustedes, no ofenderlos con gastos exagerados”.
Buen mitin en la Cuetzala de Luis Arenal, de Macrina Rabadán, del río de los cangrejos, y de los mangos y los mameyes que se exportan a lugares insospechados desde estas calurosas tierras, merced a su exquisitez, que se hace presente en el sabor de una nieve del mismo producto que le ofrecen al candidato a su partida.
Un receso para comer en Apetlanca, el siguiente poblado, donde el anfitrión, el perredista Santos Gonzaga, se luce con queso de cincho y mezcal y una barbacoa con todas las de la ley.
Mismo sabor que se repite en el crucero hacia Chilacachapa, ya en Tianquizolco, paso obligado para el tránsito de toda la comarca de los recuerdos de don Jocundo González, donde el cúmulo de vecinos encabezados por el ex alcalde Miguel Villanueva hacen al candidato detener la marcha hacia Cocula.
Sabor de fiesta que se nota cuando dos señoras, sin mediar tantas palabras, hacen bailar una y dos y tres veces al candidato Ángel Aguirre Rivero al son de la banda de chile frito.
Y luego el candidato, que se deja querer, y se toma una y otra fotos con las familias del lugar, particularmente con don Arnulfo y doña Estefanía, los más enjundiosos con el lanzado del confeti y la puesta de las cadenas de flores y los vivas al aspirante a gobernador.
Día de los Inocentes que concluye en la calurosa Cocula, donde el candidato casi adelanta el nombramiento del senador Lázaro Mazón como futuro secretario de Salud, merced a su trabajo al frente del Ayuntamiento de Iguala, y como senador, con todo y ser coculense de origen.
Y ahí que la gente se compromete a defender el triunfo el próximo 30 de octubre. Y ahí que las mujeres alegan que van a defender la victoria voto por voto.
Y ahí que don Lucino Mendoza Salazar, del merito Tlanipatlán, se lanza en pleno mitin y en pleno discurso del candidato, prestado que le fue el micrófono, con aquello de El adiós del soldado: “Me voy de soldado raso, voy a ingresar a las filas, con los valientes muchachos que dejan madres queridas, que dejan novias llorando, llorando su despedida…”
Y el chiste que no es la canción, ni el tonito en la curva del falsete, sino el requinteo singular de don Lucino, de 72 años, a punta de sonidos guturales, con una habilidad que envidiarían los mismos requintos de cualquier trío memorable.
Y el aplauso atronador que se ganan el requintista y el candidato, en el ánimo festivo que cierra la jornada del 28 de diciembre en estos cuatro municipios de la zona norte, en una fase más de la campaña hacia la elección de gobernador del próximo 30 de enero…
elinovillanueva@hotmail.com Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla

No hay comentarios:

Publicar un comentario