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viernes, 10 de diciembre de 2010

JUSTICIA SOCIAL PARA LA PAROTA!

 
El Sol de Chilpancingo 10/12/10  Por: Raúl Deloya Salgado

  No cabe duda que Ángel Aguirre Rivero con su tendencia ganadora es quien marca el rumbo a seguir en este proceso electoral; por lo visto, siempre en lo que dice y hace, los demás contendientes vienen detrás bailando al son que les toca. Y esto sucede en estos días al fijar su postura en relación con el tema de La Parota, lo cual ha hecho reaccionar a todo mundo, en especial al PRI y a sus plumas mercenarias.
Una vez más, Aguirre da muestras claras de su poder de convocatoria, de su gran estilo conciliador y unificador. ¿No que no?, reunía en torno a su campaña a las grandes fuerzas nacionales de izquierda; ya está con nosotros el flamante mejor alcalde del mundo de este año, Marcelo Ebrard; ya se incorporó el gran líder moral, Cuauhtémoc Cárdenas; pero, por lo visto lo que sí les dolió a muchos fue la suma de Andrés Manuel López Obrador.
¿Pero cuál es esta posición que ha dado mucho de qué hablar? Qué ha hecho intentar desquitar el sueldo a los francotiradores del PRI, que lo intentan acusar hasta de enemigo del desarrollo de Guerrero, de que está atentando contra el futuro del país.
Habrá que indicar que la postura asumida por Ángel al decir no a la construcción de La Parota, en las condiciones actuales, es de justicia social. Sí señores, de justicia social, con lo cual Aguirre refrenda sus convicciones y su  compromiso con la izquierda; para que a nadie le quede duda y no caiga en el juego sucio del PRI, que intenta confundir a las bases del PRD y a la ciudadanía en general, diciendo que ellos representan estos ideales.
Nadie puede negar que la modernidad de México, por regla general, se ha hecho a costa de la vida, de la sangre, de la propiedad; a base de pisotear los derechos los más pobres, tanto de gentes como de pueblos. ¡Así se ha construido este país! ¡Por eso tememos esta inmoral e insultante desigualdad entre ricos y pobres!, desigualdad y marginación que es la verdadera herencia del viejo régimen autoritario, que hoy como si nada pretende volver al poder.
Y con esta misma actitud autoritaria pretenden imponer las autoridades federales la construcción de La Parota, y es que bajo las actuales condiciones que ha establecido la Comisión Federal de Electricidad, este proyecto hidroeléctrico realmente se vuelve un “grandioso y lucrativo negocio para empresarios y políticos corruptos” como lo espetó López Obrador.
Es cierto, este asunto es demasiado importante para nuestro estado y para el país, que nadie debe oponerse al desarrollo y al progreso que podría generar este proyecto hidroeléctrico; pero, hoy que ya vivimos dentro de un régimen democrático, no debemos permitir, en especial los gobiernos estatales, que las cosas se sigan tratando de imponer de manera autoritaria y centralista por parte del gobierno federal; debemos avanzar hacia un nuevo federalismo.
Pero este asunto primeramente le compete sólo a los guerrerenses, y sí es cierto, como lo expresó el gobernador del estado, este asunto debe ser resulto por las mayorías; pero sin aplastar a las minorías, y sobre todo respetando el estado de derecho, que analizando las condiciones actuales  del tema, se desprende que el Gobierno estatal y federal, pretenden precisamente hacer eso, pasar sobre los legítimos derechos de los vecinos, a no respetar ni al Poder Judicial, que ordenó la suspensión de toda obra, hasta que no se resuelva el juicio de nulidad en el proceso.
Es decir, no hay un verdadero compromiso social, sólo una visión rapaz de derecha, que únicamente tiene en cuenta el impacto económico; pero, deja de lado los aspectos sociales y ambientales, tan señalados por diversos y prestigiados organismos internacionales, como las ONGs, así como la misma ONU, que han expresado su preocupación por la falta de consulta de las comunidades indígenas, por el deterioro ambiental y el desplazamiento de 25 mil personas afectadas directamente y 75 mil indirectamente  que implica el proyecto.
Cabe citar aquí el informe final de la Comisión Mundial de Represas, publicado en noviembre del 2000, donde se establece que “en los hechos la rentabilidad económica real de las grandes represas continúa siendo difícil de establecer ya que no se consideraron suficientemente los costes ambientales y sociales en términos económicos. Más concretamente, al no considerarse adecuadamente estos impactos, ni cumplirse los compromisos adquiridos, se ha producido el empobrecimiento y sufrimiento de millones de personas, dando lugar a que las comunidades afectadas de todo el mundo muestren una oposición creciente a las represas”.
Por eso, es de aplaudirse y de apoyar la postura asumida por Ángel Aguirre Rivero, al decir no a la construcción de La Parota en las circunstancias actuales, por atreverse a pedir que se replanteé el tema. No hay nada de malo en que esté pidiendo que realmente se atiendan y se firmen los beneficios para la mayoría de los guerrerenses; que se les dé lo justo por sus tierras a los comuneros y ejidatarios y no los miserables 70 centavos por metro cuadrado que les ofrecen. Que bueno, pues, que Aguirre esté pidiendo que haya verdaderamente un proyecto integral para beneficiar a todos los afectados.
Y esto, señores, es impulsar la justicia social; lo que demuestra que Ángel Aguirre integrará un verdadero gobierno de izquierda, comprometido con las causas sociales; un Gobierno con rostro humano que realmente sirva a la gente; que logre disminuir  la pobreza y marginación; que pueda acabar con el analfabetismo y que dé un impulso como nunca a la educación, pero una educación de calidad. Sí, un gobierno que detone el desarrollo y progreso para todas las regiones de estado.
Bienvenidos sean todos los grandes proyectos que realmente beneficien a todos los guerrerenses.

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