La guerra sucia contra Ángel Aguirre

El Sur 29/12/10
Juan García Costilla
La estrategia del voto del miedo al igual que la campaña de desprestigio y acoso contra el candidato Ángel Aguirre, son acciones que incitan el temor con el fin de inhibir y coaccionar el voto ciudadano.
Las llamadas telefónicas a la ciudadanía con el fin de interrogar sobre su preferencia electoral. Si la persona que contesta el teléfono se manifiesta por la coalición Guerrero nos Une y su candidato, el ciudadano encuestado recibe un sin número de amenazas disfrazadas de advertencias, que no son otra cosa que una larga lista de calumnias, asegurando que de ganar la elección, la coalición Guerrero nos une se irán del estado grandes capitales e inversiones que generan empleos.
En la historia electoral del estado también hemos vivido acciones anónimas de amedrentamiento electoral. Recordemos que en la víspera de elección de gobernador en el año 2005, fueron asesinados en acciones simultáneas policías municipales de Acapulco, así como el hecho ocurrido el día de la elección al manejarse un rumor sobre un supuesto atentado a balazos contra un perredista ex presidente municipal de Acapulco. Los guerrerenses esperamos que el reciente ataque contra las instalaciones del periódico El Sur no se circunscriba en este tipo de actos de terrorismo electoral.
Durante la última elección municipal de Acapulco, se observó la actuación de los ya famosos hombres de negro, quienes actuaron como grupos de choque e intimidación al recorrer las casillas electorales en camionetas obscuras con vidrios polarizados y sin placas, generando conatos de violencia. El temor de la población fue palpable.
Botón de muestra de la guerra sucia fue el taller de capacitación a los abogados y asesores priístas durante el cual el diputado local chiapaneco Mauricio Castañeda Mendoza, sugirió usar los rumores de la violencia para inhibir la votación, pactar con la Iglesia para tenerla como amiga muy cercana, además de mandar a los asistentes y capacitadores electorales a decidir quienes serán los funcionarios de casilla, esto a partir del manual chiapaneco de operación de guerra sucia que se basa en el rumor, el desprestigio, la amenaza y el miedo. Estrategia tomada de los manuales militares de operaciones psicológicas de la lucha contrainsurgente de la guerra de baja intensidad, por supuesto obra de los señores de la guerra, los estadunidenses y utilizada por dictaduras por igual y contra las luchas de liberación en todo el mundo.
La estrategia del voto del miedo se empeña en pronosticar supuestas catástrofes y grandes problemas que según los estrategas priistas sucederán si ellos no ganan la elección. Las prácticas fraudulentas no han cambiado, se transforman, se modernizan y se multiplican para llegar al poder a toda costa ya sea empleando la amenaza persistente o la utilización electoral de la Iglesia, otras tantas agresiones son las pintas de bardas injuriando a Ángel Aguirre, el retiro de propaganda por parte del Ayuntamiento de Acapulco, son pruebas irrefutables de una muy bien estructurada guerra sucia con una maquinaria del fraude tan grande como el tamaño de su miedo de perder la elección.
A los guerrerenses no nos amedrentan ni intimidan, por lo tanto saldremos a votar en libertad aun en contra de quienes atentan contra todo principio democrático violentando el derecho, las libertades democráticas, la diversidad, la pluralidad y la tolerancia. Quienes promueven el voto del miedo demuestran su escasa o nula cultura y vocación democrática al tratar de reducir la competencia electoral a una sola opción o un solo candidato, acción sintomática de una derrota anunciada.
En estos días de reflexión, es preciso razonar nuestro sufragio y ejercerlo sin temores en el sentido de nuestros principios y convicciones.