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martes, 14 de diciembre de 2010

Erradicar el Figueroísmo de la Vida Pública



Carlos Reyes Romero

La visita de Enrique Peña Nieto a Chilpancingo, puso de relieve lo que ya era evidente: Manuel Añorve Baños no levanta, no la hace.
A pesar de que la propaganda del maléfico doctor habla de 21 mil asistentes al mitin que hicieron el PRI y sus aliados en la plaza Primer Congreso de Anáhuac, El Universal, que es un diario nacional de reconocida objetividad y probidad, sólo le acredita 2,500, a diferencia de El Sur que le endilga 8,000 asistentes al abanderado del cacicazgo de los Figueroa.
En el cuartel general de los priistas las señales de alarma han pasado del ámbar caliente al rojo encendido.
No es para menos, se está confirmando aceleradamente lo que entre los más allegados ha venido comentando el cacique mayor de Guerrero. El desaliento empieza a cundir entre los partidarios de Añorve.
No obstante el despliegue de gastos que ha realizado Manuel para proyectar mediáticamente su imagen, la gente ya optó por la verdadera alternativa para gobernar Guerrero, por Ángel Aguirre Rivero.
Pero mal harían los partidarios de Aguirre Rivero en dormirse en sus laureles y en sólo esperar que los comicios del 30 de enero confirmen el triunfo del candidato ciudadano de la Coalición Guerrero Nos Une.
Nadie debe bajar la guardia. Máxime cuando se sabe que el figueroísmo, después del fracaso del acto con Peña Nieto, intentara otra sorpresita. Se habla de la posible defección de algunos personajes ligados al gobernador Torreblanca, quienes se pasarían con todo y pertrechos al lado de Manuel Añorve.
De concretarse esta intentona, veríamos un refrito más de los reality show a los que es tan afecto Manuel, incluida la ya clásica camiseta amarrilla con la leyendita de “soy del PRD pero me ha seducido y comprado Manuel”.
Ojalá que los involucrados rectifiquen sus pasos, antes de que la vorágine del desprestigio y el escarnio social los alcance. Ora sí que como decía mi abuelita: ¿para que se exponen?.
Habrá también que estar atentos a otras estrategias que ya están poniendo en práctica los que quieren la revancha, como la compra de votos, la guerra sucia y la siembra del pánico entre los electores.
Vienen con todo, de ahí que anden ofreciendo, casa por casa, dinero a la gente a cambio de su voto.
Pobres, no han entendido que el pleito no es con Ángel Aguirre, sino con el malestar y el rencor de la gente común, del ciudadano de a pie, que ya está harto de que sólo unos cuantos se enriquezcan mientras la mayoría de los guerrerenses están al borde del hambre, de la desesperación, del desamparo y están siendo virtualmente empujados a los estallidos de ira.
La gente sabe, porque ya ha tenido esa experiencia, que hay que agarrar lo que les den y luego ejercer su voto con libertad y a favor de Guerrero.
Seguramente van a insistir también en denigrar al candidato de la Coalición Guerrero Nos Une, hurgando en su vida personal, en su patrimonio, en su salud, en la vida de los suyos. Tampoco esto les dará resultados porque la gente conoce bien a Ángel Aguirre Rivero, con todas sus virtudes y con todos sus defectos.
Lo principal es que saben y reconocen que Ángel es como ellos, que viene de abajo y sigue al lado de los de abajo y que, además, su manera de ser, su calidez de trato, su don de gentes, le ganan el aprecio de la gente.
El pueblo sabe que Ángel no es un santo, pero ve en él al líder que Guerrero necesita. 
De otra parte, los guerrerenses no nos espantamos con el petate del muerto. La siembra del pánico −que siguiendo los consejos del terrorista J. J. Rendón piensa implementar el figueroísmo− da escasos resultados en un estado donde la violencia institucional y la de la delincuencia organizada, se entrelazan y son el pan nuestro de cada día.
Sí con ello pretenden desalentar la participación ciudadana, será peor para ellos porque es su voto duro el que está resquebrajado y en esta ocasión la abstención juega en su contra.
No tienen para donde correr y están, en cambio, jugando con fuego.
La gente intuye bien, sabe muy bien que este es el momento de cobrar agravios, de ejercer el voto de castigo, de erradicar el figueroísmo de la vida pública del estado; para que Guerrero pueda crecer y prosperar. La gente misma encontrará los caminos para hacer valer su voto y para hacer respetar la voluntad popular.
 

Con el aprecio de siempre, recibe mis cordiales saludos.
A t e n t a m e n t e
Carlos Reyes Romero

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