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jueves, 30 de diciembre de 2010

La Sierra: riqueza natural, violencia y antidesarrollo

El Sur 29/12/10
Saúl López Sollano
La majestuosidad y riqueza natural de la Sierra de Guerrero contrasta con la extrema pobreza en la que viven la mayoría de sus cien mil habitantes. La Sierra, es una región estratégica para el desarrollo integral del estado e incluso para el centro-sur del país. Productor de las mayores reservas de agua y oxígeno que emanan de los imponentes cerros del Teotepec, Tlacatepec y El Baúl, elevados a casi 3 mil metros de altura sobre el nivel del mar, alberga también una rica biodiversidad en nichos selváticos vírgenes que afortunadamente no han sido tocados por la mano destructora del capitalismo salvaje y destructor; un ejemplo vivo de este modelo depredador es la presa hidroeléctrica de El Caracol asentada en territorio de los municipios de Heliodoro Castillo y Apaxtla de Castrejón, empresa que ha dejado poco o nulos beneficios para el desarrollo de la región, prueba de ello es que poblaciones enteras de Tlacotepec, como Toro Muerto, Pueblo Viejo, Linda Vista y muchos pueblos más, que en pleno siglo 21 carecen de energía eléctrica, por lo que se siguen alumbrando con hachones de ocote como en los tiempos de las cavernas, mientras que en las grandes metrópolis florece el desarrollo industrial, subsidiado por la miseria de los habitantes serranos.
La Sierra, al contrario de la imagen degradante difundida por los medios masivos de comunicación, es mucho más que crimen y violencia; sin embrago, los malos gobiernos solamente han aprovechado el desarrollo capitalista para super explotar su recursos naturales, como el saqueo maderero y minero. Los modernos gambusinos se han llevado el oro, la plata, el níquel y hasta el uranio, que se dice han sacado sigilosamente sin registros legales. Pero la Sierra también es gente, campesinos, ganaderos, pequeños silvicultores, artesanos y comerciantes, muchos de los cuales son víctimas de la delincuencia organizada que asola la región. La Sierra, también es historia, sus territorios fueron tierras donde florecieron civilizaciones originarias, no de la época de la dominación Azteca, sino de los pueblos antiguos como los Olmecas, lo confirman los vestigios arquitectónicos inexplorados de toda la zona del Balsas y la cultura mezcala, que de acuerdo con estudios antropológicos recientes corresponde al preclásico tardío, entre 600 y 800 años A.D.N.E. En los tiempos florecientes del llamado imperio azteca fue asiento de importantes señoríos que resistieron la conquista de los españoles, prueba fehaciente es el legendarios Plan de Huayistlahuatl , en la entrada sur de Tlacotepec, donde se libró una cruenta batalla contra los conquistadores españoles, que según sus propios cronistas duró muchos días y semanas, recibiendo como respuesta la crueldad y la barbarie que llegó hasta el exterminio de los pueblos originarios de la región, lo que habla de un probable genocidio, y nos puede explicar también el por qué una civilización originaria tenga pocos descendientes en las partes altas de la Sierra.
La región de la Sierra es inmensa, según datos del Plan de Desarrollo Integral publicado en 2006, su territorio abarca las partes elevadas de trece municipios que confluyen en el Filo Mayor de la Sierra Madre del Sur: Coyuca de Benítez, Atoyac de Álvarez, Tecpan de Galeana, Petatlán, José Azueta, Coahuayutla, Coyuca de Catalán, Ajuchitlán del Progreso, San Miguel Totolapan, Chilpancingo, Leonardo Bravo y todo el municipio de Heliodoro Castillo. Esta zona comprende el 30 por ciento del territorio del estado, con una superficie estimada de 18 797 Km2 y cerca de un millón de áreas boscosas, donde viven unos cien mil habitantes aproximadamente, en más de 300 núcleos de población.
Pero los territorios serranos, son víctimas también del desarrollo capitalista depredador y de los voraces caciques que impiden no solamente su desarrollo económico para el progreso de la gente, sino también el desarrollo social y político como las iniciativas democratizadoras de la gente y sus organizaciones sociales; por ello como contraparte de los procesos organizativos de los campesinos y pobladores, los cacicazgos regionales ávidos de ganancias y dinero fácil han permitido junto con los gobiernos priistas en turno la introducción de cultivos ilegales que han venido a distorsionar la reproducción social, cultural y modos de vida de la sociedad rural serrana.
Las últimas décadas han significado involución para los territorios serranos, los saldos en materia de crecimiento y desarrollo económico y social son nulos, los niveles de bienestar se deterioran día a día y va ganando terreno la contracultura del crimen y la violencia, lo cual contrasta con sus abundantes recursos naturales que también están amenazados por el uso irracional de fertilizantes y pesticidas, de seguir así pronto el paraíso se convertirá en yermo y lo que queda de bastiones de la democracia social serán llenados por la fuerza de la violencia irracional de los ejércitos de ilegales que controlan ya, vastos territorios serranos ante la impavidez e inmovilidad de todos los niveles de gobierno, lo cual es un reflejo de la debilidad institucional.
Pero como dice el dicho popular, no hay mal que dure cien años, ni pueblo que lo resista, lo demuestra la animosidad de la gente en estos momentos donde se pueden generar procesos políticos y sociales de cambio, empujados desde abajo. La gente serrana está cansada de promesas y de engaños, pero también de la violencia irracional e institucional. Estamos en los límites permisibles de la tolerancia humana, es tiempo de enmendar errores y demostrar a la gente que es posible el cambio democrático por un gobierno democrático y de izquierda. Demostrar que el atraso y la marginación de la Sierra se pueden revertir con la organización de la gente y con una gran inversión de recursos gubernamentales en grandes proyectos para transformar a la Sierra de Guerrero.
En lugar de gastar millones de pesos en una guerra contra el crimen organizado, que se inviertan esos millones en un ambiciosos Plan de Desarrollo Integral para la Sierra de Guerrero; en crear miles de empleos permanentes, mediante la creación de grandes unidades de producción donde se explote racionalmente la madera y se le dé valor agregado; donde las minas de oro y plata sean explotadas por empresas cooperativas con capital mixto, con empresarios mexicanos y no extranjeros; que se legisle en materia de impuestos ambientales para que quien contamine pague; que los campesinos y pueblos serranos reciban estímulos por el cuidado del medio ambiente y la naturaleza, lo cual redunda en la reproducción de agua y oxígeno, vitales para la vida.
Todas estas tareas transformativas, solamente pueden ser obra de un gobierno con sensibilidad humana, por un gobierno democrático y revolucionario, con un amplio apoyo social y popular, que empuje una gran revolución cultural y política en el estado de Guerrero y la Sierra. Ángel Aguirre Rivero en su visita a la Sierra el día domingo 26 de diciembre, se comprometió en Tlacotepec, Filo de Caballos y Xochipala a impulsar un programa de desarrollo integral para la sierra, a crear hospitales, carretas, escuelas, centros de salud, industrias silvícolas y mineras, así como fortalecer a las organizaciones civiles y sociales, como el Consejo Supremo del Filo Mayor, Nuevo Milenio, los Bienes Comunales de Santiago Tlacotepec y demás ejidos y comunidades; así como a mandar al Congreso del Estado la iniciativa para crear la 8ª región de la Sierra de Guerrero para que fluyan de inmediato los recursos y programas para el desarrollo integral de esta zona estratégica del estado de Guerrero. Con vigilancia ciudadana que se cumplan los compromisos adquiridos en campaña por el candidato de la coalición Guerrero nos Une.

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