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viernes, 3 de diciembre de 2010

La Manlio Negra

La Manlio Negra
Cuauhtémoc Sandoval Ramirez
Pasó casi inadvertida la presencia de Manuel Espino Barrientos ex presidente nacional del PAN, en ocasión de participar en un congreso de estudiantes de ciencias administrativas el pasado 4 de noviembre en Acapulco, y quien acaba de ser expulsado por el PAN sonorense y está en puerta la decisión sobre su separación definitiva, por parte del CEN panista.
Gracias a una magnífica nota del reportero Daniel Velázquez, publicada al día siguiente, nos enteramos que Manuel Espino declaró que el senador Manlio Fabio Beltrones –padrino político de Manuel Añorve Baños–, “no es un modelo de virtud, ni honestidad en la política mexicana” y más adelante fue tajante: “Yo espero que Manuel Añorve no sea el próximo gobernador de Guerrero”. (El Sur, 5 de noviembre).
De manera ocasional me encontré a Espino desayunando en una cafetería del puerto, y me regaló su más reciente libro Volver a empezar, editado por Random House, con una dedicatoria que recordó nuestra presencia común en la Cámara de Diputados y los numerosos debates que sostuvimos: “Para Cuauhtémoc Sandoval, con mi reconocimiento a su leal trayectoria política”.
El polémico ex presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (OCDA) Manuel Espino, publicó hace dos años, el libro Señal de alerta, advertencia de una regresión política, editado por Planeta, y en su carátula hay una fotografía de Felipe Calderón Hinojosa dándose la mano con Manlio Fabio Beltrones, donde nos advierte sobre dos peligros: uno, la resistencia de los gobiernos estatales a la transparencia y al acatamiento de normas jurídicas y, dos, que el PAN asimiló las prácticas políticas del viejo sistema, y en sus propias palabras, “el PAN aprendió muy rápido las mañas del PRI”.
De manera enfática, Manuel Espino denuncia que Felipe Calderón Hinojosa en su afán de legitimarse y sacar adelante sus reformas “ha llevado a que el gobierno conceda demasiados privilegios a un personaje que en verdad es un peligro para México”. Para Manuel Espino esta frase no debe adjudicarse a Andrés Manuel López Obrador, sino que la “actualizo en el senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, a quién se le ha permitido acumular un enorme poder que utiliza para codirigir la política nacional y fortalecer sus posibilidades de llegar a Los Pinos como titular del Ejecutivo federal en 2012, o de colocar ahí a quién sirva a sus intereses”. De ahí el mote de La Manlio Negra.
A lo largo de todo el libro Señal de alerta, Espino nos relata su designación en 1996 como delegado del CEN del PAN por Felipe Calderón, en ese entonces presidente nacional panista, siendo gobernador de Sonora el hoy senador Beltrones (1993-1999). Nos ilustra de todas las injerencias del Ejecutivo estatal en la vida interna del PAN e incluso del PRD sonorense, por lo que su libro es una advertencia, “un recordatorio de quién es Beltrones y de lo que es capaz de hacer cuando se descuidan sus adversarios o cuando les hace creer que están en ventaja”.
Más allá de que a lo largo de sus más de 200 cuartillas Manuel Espino se presenta como el salvador del PAN, el Robin Hood panista, que se opuso a la decisión de Vicente Fox de buscar el desafuero de AMLO y a Marthita Fox de querer ser candidata a la Presidencia, hechos que podemos o no compartir, su texto nos ayuda a incursionar en temas complicados de la política mexicana.
A diez años de panismo en Los Pinos, el PRI se siente ofendido por los señalamientos de Calderón el 1º de diciembre pasado. Pero es necesario recordar que hace cuatro años el PRI facilitó la toma de posesión de Felipe Calderón, cuando había otras alternativas políticas y constitucionales, como nulificar las elecciones y designar una presidencia interina.
Este domingo 5 de diciembre, los panistas elegirán a su nuevo presidente nacional, y en esta sorda disputa han salido a relucir los reclamos de quienes no están de acuerdo con todas las concesiones que se hicieron al viejo régimen. En una palabra, el panismo dejó intacto el viejo edificio institucional.
La expulsión de Manuel Espino es un síntoma de los problemas internos que hoy tenemos en todos los partidos políticos nacionales. En el PAN la discusión es qué ruta tomarán en los próximos años, y sobre todo de cara a la elección presidencial de 2012. Incluso Calderón nos anuncia que prefiere un candidato ciudadano. En fin, no tuvo la culpa el usurpador, sino quién lo hizo presidente.
PD 1) Este domingo 5 de diciembre a las 11 horas, Andrés Manuel López Obrador estará en el salón Cuicalli de Chilpancingo, como parte de sus recorridos por los 32 estados de la república. Su presencia en el estado más perredista y obradorista del país se traducirá en fortalecer nuestra lucha por derrotar al candidato del caciquismo en Guerrero. Le agradecí la invitación al compañero César Nuñez Ramos. Ahí nos vemos. 2) Es extraordinaria y digna de ver la exposición fotográfica La Revolución en Guerrero. El sur en llamas que se expone en el Museo Guillermo Spratling de Taxco, del antropólogo Samuel Villela. Ahí queda claro que los Figueroa y los Vicario combatieron a Emiliano Zapata. Desde entonces son nuestros enemigos.

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