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miércoles, 1 de diciembre de 2010

“Nunca entendí alejamiento de Torreblanca Galindo”

“No sé hasta dónde queden algunas heridas abiertas” con su contrincante y primo Manuel Añorve; en algún momento, después de sus campañas, “nos tenemos que rencontrar”, admite el senador con licencia en la parte final de la conversación con La Jornada Guerrero

“Nunca entendí alejamiento de Torreblanca Galindo”

ROBERTO RAMÍREZ BRAVO, II Y ÚLTIMA
Cuando habla del gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, y el distanciamiento que ha sido evidente entre ambos, el candidato de la coalición Guerrero nos une, Ángel Aguirre Rivero, lo hace un poco más pausado. Se diría que busca las palabras para explicarlo, aunque lo resume en frases cortas:
–La verdad –acota– se dio un alejamiento que yo tal vez nunca lo entendí.
En esta parte de la entrevista, el abanderado de los partidos de izquierda aborda además otro distanciamiento: el de su primo Manuel Añorve: “No sé hasta dónde queden algunas heridas abiertas”, dice. Pero también aclara: “Después de dos meses (de campaña) necesariamente nos tenemos que rencontrar”.
Durante todo el gobierno del actual mandatario nunca se vio juntos a Aguirre y Torreblanca, y, por el contrario, hubo momentos de clara tensión entre ambos. Memorable fue el caso de la ampliación en la carretera Mozimba-Pie de la Cuesta, gestionada por el entonces presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes de la Cámara de Senadores, a la cual el mandatario estatal se opuso de manera frontal. Fueron jornadas declarativas intensas en las que, finalmente, se impuso la propuesta del entonces priísta con el enojo del mandatario; y el más reciente episodio ocurrió cuando Aguirre Rivero fue postulado por los partidos de la coalición como su candidato, y Torreblanca desató críticas acerbas contra los perredistas, a quienes acusó de vender la candidatura por un plato de lentejas.
–¿Qué versión tiene usted de esta distancia, de qué se trató y hasta dónde llega o llegó, y cómo se zanjó, si es que ya se zanjó? –se le pregunta al candidato.
–No, no hay nada de fondo. La verdad, se dio un alejamiento que yo tal vez nunca lo entendí. Bueno, fue hasta hace tal vez un año o una cosa así, un poquito más, que tuvimos un primer encuentro. Fue cordial. A partir de ahí nos hemos vuelto a reunir dos o tres ocasiones, y la verdad he encontrado de parte de él una actitud de respeto y de cordialidad, de mucha cordialidad, lo tengo que decir.
El 28 de octubre, después de todas las críticas del mandatario a su candidatura, Aguirre Rivero fue recibido en Casa Guerrero, el mismo día que los otros dos candidatos, Manuel Añorve Baños, de la coalición Tiempos mejores para Guerrero; y Marcos Efrén Para Gómez, del PAN.
-Cuando se reunieron ya siendo usted candidato, ¿abordaron ese tema?
-En cierta forma sí, porque al menos yo lo que expresé, mirándolo a los ojos fue: oye, yo nunca te he hecho daño, ni nunca he promovido nada en contra tuya que sea verdaderamente de fondo, y él me contestó que sí, que tenía razón y que igual de parte de él. Entonces como no hay nada realmente que nos fracture, que nos aleje, que nos divida, más que algunas cosas de orden político –cada quién tiene su visión, él tiene una visión, yo tengo otra-, se la respeto, y estoy seguro que él también respeta mi manera de hacer y ver la política, y nada más.
–¿Qué siente que le está dejando el gobernador de pendientes?
–Hay mucha obra pública que no está concluida y que yo la tendré que terminar. Sería una irresponsabilidad no hacerlo. Sin embargo cuando yo he platicado con él me ha dicho que las finanzas públicas que yo encuentre estarán mejor que las que él encontró. Me ha dicho también que no habrá motivo de preocupación para garantizar los pagos futuros hacia la administración pública, y yo he dicho que algunos programas de su gobierno que estén funcionando, yo los voy a retomar, los voy a ampliar. Guerrero sin hambre, infraestructura carretera, modernización y simplificación administrativa. Yo creo que hay activos muy importantes que tiene también el gobernador.
Añorve, la ruptura–Esta elección ha sido muy particular porque se da con la participación de dos candidatos que son los más fuertes, que provienen de un mismo grupo político, que provienen de una misma región, y de un mismo entorno familiar. ¿Cómo queda esa relación con Manuel Añorve Baños, en lo político, y en lo personal?
–Es lógico que hay cosas de las que uno no se va a desprender jamás en la vida: yo tengo un parentesco con él, mi familia y su familia tienen una relación y un vínculo de muchos años. Para esto ya faltan dos meses; después de dos meses necesariamente nos tenemos que reencontrar. No sé hasta dónde queden algunas heridas abiertas; al menos por mi parte espero que no sea así, porque yo lo seguiré viendo como lo que es: una gente con la que conviví muchos años de cerca, con el que hicimos trabajo político y proyectos juntos, y al final de esto, la familia es para siempre, para toda la vida. Imagínate, mal me vería yo. Soy padrino de bautizo de su hijo el más pequeño. Somos compadres aparte de primos. Entonces, yo sé que él siente lo mismo. Tampoco se puede romper de la noche a la mañana con un vínculo de afecto. Créeme, yo, siempre que nos mantengamos en un marco de altura política, le deseo lo mejor.
–¿Se siente usted de alguna manera traicionado?
–Así son los avatares de la política, así que yo no me asusto de nada. La verdad es que él tomó su decisión como yo tomé la mía y lo respeto, y él también, estoy convencido, que hará lo mismo.

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