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viernes, 7 de enero de 2011

Que no quede duda, si Othón viviera estaría con usted

El Sol de Chilpancingo 07/01/11
 
ALCOZAUCA.—"Aquí yace un gran hombre", soltó con firmeza el pequeño Othón Guerrero, heredero de una leyenda.
El encuentro de dos hombres, quizá diferentes pero unidos por una amistad de muchos años. Ángel y su maestro Othón.
"Todo se ha consumado. Sigo tus pasos Señor", se lee en el arco del modesto camposanto, donde bajo una lápida de cantera gris flanqueada por dos banderas del Partido Comunista, descansan los restos del hijo pródigo de Alcozauca, Othón Salazar Ramírez (17 de mayo de 1924 - Tlapa de Comonfort, 4 de diciembre de 2008) , que desde lo alto del cerro vigila la cañada donde se asienta su pueblo.
Con años junto al maestro Othón Salazar como argumento, Eva Bazán confirma la cercanía del histórico luchador social y el ahora candidato de la coalición Guerrero nos Une, Ángel Aguirre Rivero.
"Que no quede duda, si Othón viviera estaría con usted, por eso cuente con nosotros", dijo con firmenza la mujer para no dejar espacio a dudas.
"Él como usted luchó por la democracia… Eso y el respeto mutuo fue lo que siempre los unió", complementó Julio Lázaro, hijo de "El Maestro", aquél que encabezó movilizaciones como normalista en Ayotzinapa y en la primer huelga de la Normal Superior, en 1954.
Los pequeños Othón y Lenia intervinieron:
…Abrí sobre la tarde mi ventana,
Y me sentí un diestro paisajista
Porque es bello, pintar para la vida
Pintar para el Partido Comunista
Pintar para el Partido Comunista
Aquél que amasa sangre entre las nubes,
El criminal, el sádico, el guerrista,
Será aplastado en el mañana limpio
Por el limpio Partido Comunista
Por el limpio Partido Comunista
—Nos la enseñó mi abuelito —Explicó Othón, el heredero. —Esta canción la cantaba todo el tiempo... el yace aquí y fue un hombre muy importante…
Ángel cruzó un abrazo con Ninel, hija de "El Maestro", y actual dirigente del Partido Convergencia en esta su tierra, quien también le dio la bienvenida a "la tierra de la democracia".
Tallado en la lápida gris se completa la canción:
Puedo morir como nací, sábelo
Puro, sencillo y optimista,
De pié sobre la tierra como un árbol
En las filas del partido comunista.
Un largo silencio es interrumpido por dos palmadas sobre la plancha de cantera y una sentencia de Angel Aguirre: "Va por usted maestro..."

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