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sábado, 22 de enero de 2011

El Jefazo, avance sin retorno

El Sur 22/01/11

Moisés Alcaraz Jiménez
La encuesta mas creíble y confiable que hasta ahora se conoce es la publicada la semana pasada por El Universal, que dio una ventaja de seis puntos a Ángel Aguirre Rivero sobre su oponente del PRI. No obstante, el pulso social y político indica ahora una ventaja muy superior. La percepción sobre los hechos señala que esa supremacía podría llegar a los dos dígitos.
Una de las varias razones fundamentales del nuevo repunte de Ángel Aguirre, que al parecer es ya irreversible, es el atroz atentado cometido en contra de Guillermo Sánchez Nava, crimen horrendo que mereció la condena generalizada de la sociedad guerrerense, incluidos priístas comprometidos con los valores de la democracia, que también repudiaron ese vil ataque.
La otra razón a la vista es la amplia superioridad mostrada por el candidato de la coalición Guerrero nos Une en el debate del pasado martes, sobre el cual basta decir que la contundencia de la supremacía de Aguirre fue tal que la propaganda negra empleada por el PRI en el posdebate no la pudo opacar de ninguna forma.
Estos dos hechos en sí mismos han sido muy importantes para marcar lo que parece ser el repunte definitivo de Aguirre en esta contienda. Sin embargo, hay un factor adicional que contribuyó a ese avance. Se trata del manejo publicitario extremadamente torpe dado por el PRI a los casos antes mencionados, en particular lo referente al atentado contra Guillermo Sánchez Nava, sobre el cual el tricolor tuvo un deslinde fallido y donde ese partido enseñó un rostro que se creía ya rebasado: el rostro del cinismo extremo y de la estupidez política.
Desde ese partido se sigue pensando que los electores son unos imbéciles a los que es fácil engañar con ridículas mentiras como aquella que lanzaron al decir que fueron los propios perredistas los que agredieron a Guillermo; o decir que todo fue un montaje, mostrando con ello el valor que para ellos representa la vida de un adversario que a pesar de estar en un lecho que podría ser de muerte aún se burlan de él, lo cual demuestra lo más vil de la bajeza humana.
El hecho se agrava cuando los voceros del PRI son impresentables por su fama de bandoleros electorales, en particular los que vienen de otros estados al pretender darnos clases de moral y buenas costumbres cuando se trata de personajes malolientes que ni en su tierra los aguantan, tal es el caso de un senador de apellido Trenti y de un señor Moreno Peña que sólo han venido a burlarse de los guerrerenses y piensan que en este estado los ciudadanos no tenemos uso de razón y somos faltos de inteligencia.
Las declaraciones de personajes como estos, entre otros distinguidos guerrerenses, en nada han contribuido a mejorar la posición de su candidato en las preferencias electorales. Por el contrario, los infundios e improperios por ellos lanzados y la falta de respeto a la inteligencia de los guerrerenses sólo han enardecido más a los votantes, inclusive al voto duro del PRI. Hechos como los aquí comentados han provocado que en muchos simpatizantes y militantes de ese partido haya nacido la duda sobre el destino de su sufragio.
La experiencia indica que la estrategia electoral sustentada en la guerra sucia muchas veces provoca resultados contrarios a los esperados. Al parecer en este proceso estamos ante uno de esos casos. Contra Ángel Aguirre se han distribuido miles de libelos difamatorios, se han hecho en las madrugadas decenas de miles de llamadas telefónicas infames, se realizó una impresión apócrifa del diario La Jornada Guerrero, llegaron las infaltables despensas con el sello de Peña Nieto y todo indica que eso apenas es el inicio de algo peor que podría ocurrir la semana entrante y el día de los comicios.
A pesar de todo ello Ángel Aguirre sostiene su tendencia ganadora. Al PRI no sólo no le han dado resultado las campañas de odio, sino que acciones de ese tipo se le están revirtiendo. Las propuestas del PRI fueron insuficientes para convencer a los votantes y el discurso del tricolor, que siempre tuvo serias deficiencias, se ha agotado. En muchos rubros la campaña fue fallida. Lo que sigue es, por un lado, la compra masiva del voto a precios inimaginables; y por el otro, generar terror y zozobra en los electores aguirristas para que no salgan a votar. El objetivo es reducir al mínimo el día de los comicios la participación ciudadana afín a la coalición Guerrero nos Une.
Si el PRI logra incrementar el índice de abstención al 60 por ciento, ganará la elección. Para el tricolor ya no hay nada más que hacer y hacia ese propósito encaminará su estrategia a pesar de que en otros estados han fracaso en ese intento, como ocurrió hace unos meses en Oaxaca, Puebla y Sinaloa gracias a la alta votación registrada. Para el otrora partido invencible el tiempo se acabó y ya no hay más alternativa que profundizar la guerra sucia, donde sin escrúpulo alguno parece que van con todo.

agorapol@hotmail.com

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