La Jornada Guerrero 21/01/11
No a la guerra sucia ni a la violencia, insta la esposa de Ángel Aguirre, candidato a gobernador
Con una blusa amarilla, Laura del Rocío Herrera, después de presentarse ante simpatizantes de la coalición Guerrero nos une, concede gustosa dar una entrevista a este medio, en la que comparte su vida pública, pero también su faceta de mujer, esposa y madre.
Nacida en La Barca, Jalisco, desde muy joven, se traslada a la ciudad de México a realizar sus estudios; en la secundaria conoce a Ángel Aguirre Rivero, quien estudiaba la preparatoria. “Ahí nos hicimos novios y duramos ocho años, después nos casamos y ya llevamos más de 30 años”, cuenta.
–¿En dónde se casaron?
–En Ometepec. Tenemos dos hijos, Laura y Ángel.
–¿Cuál ha sido tu papel a lado de Ángel?
–Siempre ama de casa. Estaba ante una disyuntiva: o me quedaba sola en Chilpancingo, o me iba a las comunidades siguiendo a mi esposo. Así crecieron mis hijos de un lugar a otro. Si iba a Marquelia allá íbamos todos, si iba a Arcelia también.
–¿Cuál fue el primer trabajo de Ángel Aguirre?
–Fue intendente del Palacio Nacional. El pensaba que ese cargo era importante y de repente le entregaron su escoba y su trapeador, así fue como empezó a trabajar desde abajo. Después fue maestro de Historia y director de una secundaria a los 21 años. Luego trabajó en la Secretaría de Comercio. En Chilpancingo participó en la campaña de Alejandro Cervantes Delgado, fue su secretario particular; fue secretario de gobierno a los 28 años, estuvo en fortalecimiento municipal, fue secretario de Desarrollo Económico, dos veces diputado federal, gobernador interino, senador y ahora candidato a gobernador.
–¿Cuál sería su responsabilidad si llegara a ser la primera dama?
–Para empezar no sería primera dama, sería la primera trabajadora social, porque todas somos primeras damas, apoyaría a mi esposo como siempre, como lo acompañé cuando fue intendente. Siempre estaré a su lado, él hace cosas positivas, hizo muchos hospitales, escuelas, dio libros de secundaria gratuitos. Mi esposo nació para ayudar.
–Entonces, ¿Laura se ve como primera trabajadora social?
–Sí, quiero motivar y alfabetizar a la gente, es grave que en Acapulco todavía haya analfabetismo.
–¿Cómo vio la salida de Ángel del PRI?
–Cuando me dijo que iba a renunciar al PRI me acordé de cuánta razón tenía él, porque siempre se opuso a que los diputados se nombraran desde el Distrito Federal y ahora le tocó a él que unas cuantas personas decidieran que no fuera el candidato y no respetaron la voluntad de la gente, por eso se salió del PRI.
–¿Usted se ponía la camisa roja?
–Yo nunca me puse la roja. Hoy traigo la amarilla, estoy contenta, me la pongo porque siento el calor de la gente. Agradezco al PRD, PT y Convergencia su cariño y que hayan postulado a mi esposo. Me siento orgullosa de él.
–¿Qué haría usted por Guerrero?
–Impulsaría proyectos productivos para las mujeres, apoyaría con talleres de oficios a los jóvenes para que tengan empleo, alfabetizaría al estado; es muy importante que la gente sepa leer y escribir; trabajaría por los programas de salud, motivaría a las mujeres para que cuiden su salud; ayudaría a la gente con discapacidad.
–¿Qué llamado harías a la gente?
–No a la guerra sucia, un rotundo no a la violencia. Guerrero ya tiene bastante. Que salgan a votar con valor y ayuden a cuidar las casillas.
-¿Tiene miedo Laura?
–No. Estoy bien puesta en la lucha, lo que Dios me ponga.
–¿Te sientes segura de que Ángel tendrá la oportunidad de gobernar Guerrero?
–Sí estoy segura, lo siento en la gente.
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