Lo ilegal no da elección legal

El Sur 23/01/11 Alberto López Rosas El mismo día en que apareció la grabación de la supuesta conversación entre el candidato de Guerrero nos Une con la senadora Claudia Corichi, en este medio se publicaba también la información de que operan aquí 16 agentes del MP de Coahuila enviados por Humberto Moreira para apoyar a Manuel Añorve. Esta información pasó inadvertida para los protagonistas políticos, sin embargo, es de interés que se registre, por lo que representan, que dejen de cumplir con el ejercicio de procuración de justicia en una entidad que afronta graves problemas de violencia e inseguridad, lo que nos da a entender los niveles de preocupación que les representa a los priístas esta elección. El escándalo de las grabaciones sólo refleja la conducta antisocial de algunos dirigentes del PRI. De antemano parten de la ilegalidad, al hacer pública una conversación cuya grabación está prohibida por la ley, tal y como lo declaro la Suprema Corte en el caso del entonces gobernador de Veracruz Fidel Herrera Beltrán cuando le exigió lealtad al presidente del Consejo estatal electoral precisamente en la pasada elección de ese estado. Es evidente su paso por la ilegalidad al buscar una rentabilidad electoral por medio de una grabación clandestina, pero a esa ilegalidad se agrega el mantener en la entidad a agentes del Ministerio Público que desatienden su función investigadora para habilitarse en esta entidad como asesores jurídicos, o judiciales más bien. Más grave resulta el envío de de despensas y otros recursos humanos y materiales del Estado de México, propiamente del gobernador Enrique Peña Nieto, con ello el PRI ha pavimentado el camino de la ilegalidad, por donde pretenden transitar hacia un triunfo electoral. Camino equivocado, pues la ilegalidad no puede triunfar. La conversación clandestina arroja algo rescatable: en primer lugar no es el candidato Ángel Aguirre el que pide apoyo, es un ofrecimiento que viene de una senadora que no maneja recursos presupuestales y que es un hecho que puede o no darse; no es el caso de los ministerios públicos coahuilenses que según la nota informativa, ya operan en el estado. Pero lo más relevante es que el candidato de Guerrero nos Une en ningún momento se siente derrotado, por el contrario afirma siempre que va ganando y que va a ganar, no pide ayuda sólo lo consciente y demuestra plena seguridad como lo sentimos quienes lo hemos acompañado a diversas comunidades de la entidad. En esa conversación la senadora Corichi le insiste que le diga qué lugar está perdido, para que ella entre y la respuesta objetiva de su interlocutor es de que va a ganar, es decir con su apoyo o no, va a ganar; bienvenido su apoyo, pero la postura del candidato es de seguridad y eso es lo importante de esa furtiva filtración, clandestina e ilegal. Las despensas provenientes del Estado de México son desviación de recursos públicos materia de la Auditoría Superior de la Federación, y este reparto que ha ocurrido en todo el estado no es ningún montaje, es una realidad. En resumen, la estrategia del PRI está en marcha; es incuestionable que las encuestas que favorecen a Aguirre han encendido todos sus focos que de verdes pasaron a rojo, rojo encendido, y su esperanza está puesta en los escenarios de Durango e Hidalgo, en los trucos que aquí aplicaron en las elecciones de gobernador del año pasado. Con la derrota en el debate, en las encuestas, en las propuestas, sin la seducción de los artistas guerrerenses contratados que son exitosos en su inspiración histriónica, pero no cuando se ubican al otro lado del sentir mayoritario y ante el fracaso de la figura –para algunos apuesta– del gobernador mexiquense, sólo quedó como saldo de aquel proyecto interceptar llamadas, repartir despensas y traer agentes ministeriales de otro estado que den fe de su fatal derrota. Hemos vivido tantos procesos electorales que se ha hecho habitual ver las mañas que emanan del PRI en cada elección, cuando menos aquí en Guerrero. Lo inadmisible es que esa subcultura electoral ya alcanzó a las nuevas generaciones, el virus de la trampa los alcanzó y por desgracia lo he constatado.